Sigue la purga y persecución a empleados por parte de Dolce.
Luego de conocerse la noticia de que Dolce maltrató a una empleada pública, más datos empezaron a salir a la luz.
Dolce viene manteniendo varios cruces con empleados por tratarlos, como él dice, "empleados infieles". El primer caso fue el de Montiel cuando por circunstancias que se desconocen fue separado del cargo y lo mandaron a juntar pis a una esquina, el caso no fue resonante porque nadie se animó a contarlo y quedó sólo en el seno del ámbito de la municipalidad, luego pasó con Giménez el cual trabajaba en atención a los productores con todo lo correspondiente a Senasa y de buenas a malas, separado del cargo y con licencia por unos días, para continuar con su accionar contra "los infieles" también arremetió contra Molina que, por ahora, se espera el veredicto que pueda tener el Patroncito, como le gusta que lo llamen o Sergio Andrés como todo capo narco.
Mientras tanto Dolce sigue con el derrotero de apuntar y maltratar a sus trabajadores, porque no se dan explicaciones del por qué son perseguidos, maltratados o separados del cargo.
Hay que tomar en cuenta que el maltrato laboral y el abuso de poder o autoridad está penado por ley, que no sea que alguno lo ponga en raya con la justicia.
Para acotar debe tener presente con esas actitudes que él es personal de planta permanente municipal, ingresó como chofer y que si esos infieles después no lo acompañan con el voto, puede ir pensando en juntarse con los de atrás que lo van a esperar con los brazos abiertos por las veces que también los destrató.
Esperaremos el discurso dominguero en su programa, a lo Maduro, escuchar el descargo del yo no hice, la culpa es de la oposición y jamás trataría así a las personas.
Las evidencias estan, las excusas sobran.
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